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2019.07.21 |
Monica Bellucci nos habla de la feminidad y el feminismo, la política y el activismo social, la sabiduría y la belleza sin edad… De los principios y los finales de las historias del corazón. La actriz italiana sigue teniendo el poder.
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Published by: admin |
2019.07.19 |
La actriz italiana nos habla de la feminidad y el feminismo, la política y el activismo social, la sabiduría y la BELLEZA SIN EDAD… De los principios
y los finales de las historias del corazón. Ella sigue teniendo el poder.
POR CLAUDIA SÁIZ. FOTOS: XAVI GORDO. REALIZACIÓN: INMACULADA JIMÉNEZ
Quién es capaz de, cuando entra en una habitación, parar el tiempo? ¿De hacer películas con grandes directores de culto de todas las nacionalidades? ¿De aceptar papeles difíciles y protagonizar escenas polémicas que pasarán a la historia del cine? ¿De ser un símbolo universal de belleza atemporal? ¿De recibir premios prestigiosos? ¿De formar parte una y otra vez de las listas de mujeres más sensuales del mundo? Únicamente ella: Monica Bellucci (Città di Castello, Umbría, 1964). Sólo cuando se quita las gafas de sol y saluda con su voz cálida, la actriz le da permiso al reloj para volver a andar. Tiene una naturalidad sin filtros, a medio camino entre una Venus de Botticelli y una diva del neorrealismo italiano. Sus manos son largas y finas, como las de una pianista curtida en Schubert, y su melena caoba se asemeja a la de las antiguas esculturas helenísticas. Es la musa de los diseñadores más italianos, Domenico Dolce y Stefano Gabbana, y tiene 54 años, dos niñas (Deva y Léonie, de 14 y 9) y una de las carreras más eclécticas y sólidas de las últimas décadas. Sus papeles son cada vez más arriesgados, algo de lo que dan fe los que verán pronto la luz: de Los años más bellos de una vida –la secuela del clásico Un hombre y una mujer, de Claude Lelouch – al thriller Spider in the Web, con Ben Kingsley, pasando por la miniserie Radical Eye: the Life and Times of Tina Modotti, en la que encarna a la activista italiana. Aun así, como escribió el director Giuseppe Tornatore (el hombre que la convirtió en Malena) en el prólogo de un libro fotográfico sobre ella hace nueve años, «Monica siempre será Monica. Nunca será una ni un millón de mujeres diferentes. Ella es, simplemente, Bellucci».
Nunca he conocido a nadie a quien no le gustéis tanto tus personajes como tú en la vida real. ¿Cómo es posible?
¿De verdad? (Lo pregunta con tono de sorpresa). Sólo soy una mujer que ha sido madre tardía dos veces, disfruta comiendo y, gracias a los personajes que interpreta, se entiende mejor. ¿Por qué crees que hago películas? No quiero terminar matando a nadie (susurra con el dedo índice en el labio).
¿Necesitas semejante nivel de versatilidad a la hora de actuar?
Quiero experimentar. Ni reniego de mi pasado ni me conformo con el presente. Yo soy quien elige los papeles, y, una vez adoptada la decisión, me encomiendo al director. Me convierto en una musa. Nunca he retrocedido cuando me han pedido una escena difícil. Ni en Irreversible.
¿De dónde procede ese arrojo interpretativo?
No sé explicarlo bien… El futuro es seguir andando para mantenerse con vida. Mi padre era dueño de una empresa de camiones, y mi madre, ama de casa. Jamás me pidieron hacer nada que no quisiera. Al final, son ellos los que dan sentido a tu propia belleza, fealdad o potencial. Si te miran con amor, sentirás que eres una superheroína. Me he topado con tantas mujeres extraordinarias… Pero muchas de ellas no se dan cuenta porque nadie les ha enseñado a verlo ni sentirlo.
¿Crees que las cosas cambian dentro del cine a medida que cumples años?
Mira a Isabelle Huppert, Catherine Denueve, Judi Dench… Aún hacen grandes papeles. Mi caso también es ilustrativo: fui madre casi a los 40 y, recién cumplidos los 50, chica Bond; después me puse en la piel de una cantante de ópera que seducía a un jovencito interpretado por Gael García Bernal. Y estrené un film anticomercial de Emir Kusturica sobre un amor maduro en plena guerra de los Balcanes.
Cómo logras después desprenderte de esas emociones?
Una parte se queda contigo para siempre. De lo contrario, no podrías darles vida. Soy de las que piensan que ciertas cintas cambian tu destino: les dan respuesta a preguntas que no la tenían o que no queríamos resolver.
Entonces, si es así, ¿dirías que nos escondemos cosas a nosotros mismos para sobrevivir?
Nada ocurre por accidente: todo gira en torno a la energía. Lo importante es lo que sientes. Evolucionamos de verdad a través de las crisis personales y cuando hacemos balance entre lo que queremos y lo que obtenemos.
¿Fue eso lo que te sucedió después de tu divorcio del también actor Vincent Cassel?
Tras una relación de casi dos décadas, me vi obligada a reconstruir mi vida desde cero. Nada fácil. Con ese estado de ánimo, me embarqué en la aventura de En la Vía Láctea, de Emir Kusturica, que duró cuatro años y me ayudó a curar mis heridas. Con esto quiero decir que, para tener una existencia tranquila y no sufrir, nos autoengañamosy sólo vemos lo que nos conviene. Hasta el día en el que, por fin, nos damos cuenta.
Cuando llegó ese momento, ¿qué hiciste?
Limpieza. Mi capacidad para sobrevivir es más fuerte que la de destrucción. El despertar fue doloroso pero fantástico.
¿Cuál fue la peor parte de la separación?
Me he divorciado en dos ocasiones (primero estuvo casada con el fotógrafo de moda francés Claudio Carlos Basso). Liz Taylor lo hizo ocho veces, así que me quedan seis (ríe a carcajadas). Bromas aparte, tienes que estar abierta a la vida, como les digo a mis hijas. No importa lo que te haya pasado en una historia de amor o de amistad, debes abrirte a que te sucedan cosas. A vivir.
¿Cómo es la sensualidad a los 54 años?
Me llevo bien con los años que cumplo. Significan que estoy viva. En Italia la sensualidad se respira en el aire, donde los cuerpos hablan sin palabras. En cambio, en Francia entendí que la feminidad está ligada a la energía, no a la edad. A nadie le gusta envejecer, pero es una batalla que vamos a perder. Por eso lo que te hace sexy al llegar a la madurez son las experiencias por las que has pasado. Lo demás es irrelevante. Las imperfecciones no deben asustarnos.
¿Aceptar el paso del tiempo es una forma de libertad?
Yo siempre me he sentido libre. Incluso un poco salvaje. Sin restricciones. No nací para dedicarme a hacer ganchillo.
Aqué le tienes miedo?
Al olvido y a morir antes de que mis hijas sean independientes. Morir sí, pero cuando ellas estén preparadas para volar por su cuenta, no antes.
¿Te consideras creyente?
Soy agnóstica. Soy el producto de un padre ateo y una madre católica. Sólo sé que el mundo está lleno de sufrimiento y de conflictos. Cuando miro a mi alrededor y me veo a mí misma, siento que lo menos que puedo hacer es dar las gracias. No sé si a algo o a alguien. Creo en el poder de la vida y en la ley del cosmos. Me pregunto más por el problema del hombre que si Dios existe.
¿Tienes algún deseo sin cumplir?
Cuando te va bien, es difícil contestar. Quizá ser madre de nuevo. Los hijos son de las pocas cosas reales de esta vida.
¿Por eso posaste en 2010 desnuda y embarazada en la portada de una revista?
Y para protestar contra la posición de Italia con respecto a la fecundación in vitro. Era gravísimo que un país cerrase las puertas a ello. ¿Sabes por qué? Porque salen perdiendo las parejas sin recursos económicos. La negativa a abrirlas también las cierra a la investigación. Incluidos muchos aspectos terapéuticos relacionados con las células madre.
¿Tu experiencia de bajar a la arena política se verá resarcida en tu próximo rol como Tina Modotti?
Qué excepcional fotógrafa era. En aquella época no se veía a una mujer hermosa y con ideas radicales acerca de casi todo pasearse con desenfado, cámara en mano, por los círculos intelectuales de media Europa (y comienza a enumerar con los dedos las temáticas de sus debates activistas): sexualidad, educación, clases sociales, arte…
Resides en París: ¿cómo estás viviendo la revuelta de los chalecos amarillos?
Francia es un país revolucionario. Sus mujeres también lo son. Son luchadoras implacables. Nunca han tenido el poder político de un Charles de Gaulle, un François Mitterrand o un Emmanuel Macron; sin embargo acumulan una inmensa autoridad moral. Son grandes conciencias. Mira a Juana de Arco, a Simone de Beauvoir, a Louise Bourgeois. Y a Simone Veil, superviviente del Holocausto. Un icono de los derechos de la mujer y una europeísta convencida. Aunque la revolución no siempre triunfe, Francia es un pueblo que no baja la cabeza y que se hace escuchar. Por algo su símbolo es el gallo.
¿Crees que Italia continúa siendo un país…
… machista? (Termina ella la pregunta). Aún lo es. Lo positivo es que las italianas han aprendido a defenderse. No obstante, por ejemplo, en algunos pueblos del sur, la virginidad es importante si quieres encontrar marido. O, si tienes más de 25 y sigues soltera, se te considera una vieja. Sé lo que significa ser una mujer en un mundo en el que primero perteneces a tu padre y después a tu pareja. Para mí, las cosas han sido más fáciles que para mi madre, y lo serán más para mis hijas. En eso hay que trabajar. Se evoluciona en tecnología y en otros asuntos retrocedemos a la Edad Media.
¿Te queda algo por aprender?
¡Todo! Aprendo cada día. Recuerda que la belleza exterior, si no recibe oxígeno desde dentro, no es nada. Lee las teorías de la científica Rita Levi-Montalcini sobre cómo mantener la mente joven estudiando siempre.
¿Con qué piropo te quedas?
Con una palabra que no existe. La exclamó mi hija un día que me vio en traje de baño: «Mamá, ¡estás explosante!».

UNA VIDA JUNTOS
La revista ELLE y Monica Bellucci cierran con este número el círculo de una relación perfecta que dura ya más de 30 años. En 1988 y a manos
del icónico fotógrafo Oliviero Toscani, una joven italiana de mirada cándida y curvas fuera del tiempo le sonreía al mundo a través de la portada de distintas
ediciones internacionales de ELLE, incluida la española. Había nacido una estrella. Y nosotros le habíamos dado luz. A partir de ahí todo es historia: el cine se rindió a sus pies… y la moda no se quedó atrás. Dolce & Gabbana vio en la actriz la encarnación de la sensualidad made in Italy y contó con ella sobre la pasarela y en sus campañas. ¿Quién no la recuerda en aquellas fotografías de 1992 en blanco y negro junto a Isabella Rossellini? ¿O poniendo el broche de oro al desfile de Primavera/Verano 2019 de la firma? Hoy es nuestra cover girl por derecho, porque sigue siendo bellissima. Fuerte. Una inspiración. Pssst… Atentos a su hija Deva Cassel, ¡todo puede repetirse!
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2019.07.16 |
Con Monica Bellucci como estrella de portada, ELLE llega al quiosco cargada de planes ‘summer’, personajes refrescantes, ‘tips’ para brillar sobre la arena y el avance de la moda de otoño para la ‘operación retorno’.
En su número de agosto, ELLE se rinde ante Monica Bellucci: a sus 54 años, la actriz protagoniza la portada de la revista y una espectacular sesión de fotos en la que demuestra por qué es un símbolo de la belleza universal. La italiana habla de la maternidad tardía, de feminismo y feminidad y de cómo capear el temporal cuando se vive en el ojo del huracán. (c)

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2019.07.11 |
À l’occasion du tournage du film “L’homme qui avait vendu sa peau” réalisé par Kaouther Ben Hania, Monica Bellucci a rencontré ce matin Jean-Claude Gaudin, maire de Marseille. L’actrice a tourné ces derniers jours dans différents sites emblématiques de Marseille comme le palais de justice, la caserne du Muy… Depuis le début de l’année, Marseille a déjà accueilli 9 longs-tournages et 6 séries, et en attend de nombreux autres dont certains seront intégralement tournés dans la cité. (c)

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2019.07.03 |
Da quando è venuta allo scoperto con Nicolas, tutti le chiedevano: è l’uomo definitivo? Lei rispondeva vaga: «Chissà». Ora rivela in esclusiva a F che tra loro è finita. «Ma lui mi ha insegnato tante cose. Ci siamo fatti del bene l’uno con l’altra». Tra progetti impegnati al cinema, le due figlie che crescono e ricordi di un’adolescenza felice, Monica inaugura con la leggerezza della maturità una nuova fase della sua vita

Mai dare niente per scontato quando incontri Monica Bellucci. Che è sempre la stessa, senza maschere, eppure super discreta, nostra massima diva internazionale, che però non se la tira. Parliamo d’amore e come al solito tiene lo scudo alto a difesa non solo di sé ma, in questo caso, di quel che le è più caro.
Poi pian piano si scioglie, le acque diventano limpide come i suoi occhi luminosi. Per sei anni, dopo il divorzio da Vincent Cassel, non abbiamo saputo niente della sua vita privata, rimasta segretissima. Non l’abbiamo mai vista con nessuno sino a quando è stata paparazzata con Nicolas Lefebvre, scultore parigino bellissimo, capelli lunghi e 18 anni più giovane. Così Monica è uscita allo scoperto. Lei e lui al Festival di Cannes: un ballo, i sorrisi, il ritratto di una coppia felice. «Passerà tutta la vita con il bel capellone?», le hanno chiesto recentemente. «Chissà», sussurrava, saggia, Monica. Che in questa intervista in esclusiva assoluta, mi racconta la sua verità.
L’amore lei lo insegue sempre anche al cinema. Ha voluto a tutti i costi essere nel sequel di Un uomo, una donna di Claude Lelouch.
«Vero! “Sono pronta anche a servire il ca”è sul set”, ho fatto sapere al regista!».
Cosa l’aveva toccata di quella storia?
«Ho sempre trovato fantastici questi due protagonisti che si incontrano per caso. Tra loro nasce un sentimento che si sviluppa nonostante entrambi abbiano un ampio vissuto alle spalle, soprattutto lei a cui è morto il marito. Era il ’66, un concetto molto moderno per quell’epoca».
Nel !lm lei è la !glia di Jean-Louis Trintignant. Che rapporto c’è con lui?
«Trintignant è un pilota che corre in macchina, ma anche dietro alle donne. Io sono nata da una di queste relazioni e cerco in lui la !gura maschile che non ho mai avuto accanto. Non la donna adulta che lo bacia al suo capezzale, ma la bambina che desidera l’amore paterno protettivo, assoluto».
Il suo invece che padre è stato?
«Era spesso lontano per lavoro, ma con mia madre sono ancora insieme dopo 50 anni».
Oggi vanno di moda le famiglie allargate. Ci crede?
«Ognuno fa come vuole: l’importante è non mettere insieme le persone per forza. Le cose che si possono fare si fanno, quelle che non si possono fare non si fanno».
Monica, che cos’è per lei l’amore oggi?
«Non si sa mai la ragione di una storia quando comincia. Due persone si incontrano e non si sa perché. Qualcuno arriva nella tua vita e non è una cosa che puoi organizzare: è l’imprevisto. Invece quando due persone si lasciano il perché lo sai, la ragione c’è».
Mi sta dicendo che con Nicolas vi siete lasciati?
«Nella storia con Nicolas sicuramente ci siamo fatti tanto bene a vicenda e quest’uomo mi ha insegnato tante cose. È una persona che ha una vera sensibilità artistica ma il nostro volo insieme prosegue d’ora in poi su un’altra pista che è quella di un’amicizia per la vita».
E l’amore?
«L’amore ha sempre ragione».
Siete stati insieme più di un anno. Non vi vedrete più?
«Certamente andremo insieme a delle mostre o al ristorante: come amici».
Balla da sola o c’è un altro?
«No comment!».
Non le piace raccontare la sua vita privata. Neanche quando capita qualcosa di bello.
«Ma che senso ha? Poi devi giusti!care la tua vita, qualsiasi cosa fai o che ti succede».
Chi c’è in famiglia come lei?
«Mia !glia Deva: a 15 anni ha una sua parte molto intima, che intende preservare. Credo che la aiuterà molto nella vita».
Le assomiglia anche !sicamente e ha già girato come modella una campagna di Dolce & Gabbana.
«Uscirà il prossimo anno quando avrà 16 anni. Léonie, invece, 9 anni, ama scrivere».
Lei incoraggia questi talenti?
«Non le ho mai indirizzate, ma le accompagnerò sempre nelle loro scelte. Certo, sono precoci. Ma fa parte della loro genetica. Io sono stata precoce, Vincent pure. È una caratteristica di famiglia».
I social li possono usare?
«I social sono come una tavola che o”re tanti cibi, dipende dalla scelta. Non vanno banditi anche perché è un modo nuovo che hanno i ragazzi di comunicare oggi. Penso al loro futuro, ma non posso chiuderle dentro una scatola e aprirla quando avranno 25 anni».
Lei com’era a 15 anni?
«Sono stati gli anni più belli, dai 15 ai 20».
Insicurezza, amori travagliati. Di solito è una tragedia quel periodo.
«Per me no. Sono stata educata nella libertà dai miei genitori. La sera uscivo, mentre molte amiche non potevano. Giovanissima, andavo in vacanza col mio !danzato. Forse perché anche loro erano giovani, i miei genitori capivano certe cose».
Nel lavoro sceglie quel che le piace?
«Sì, per esempio è bello lavorare anche con le donne. Ho fatto !lm con Rebecca Miller, Mariasole Tognazzi, Alice Rohrwacher. A luglio inizio a girare con Kaouther Ben Hania, una regista tunisina molto apprezzata, L’Homme qui avait vendu sa peau (l’uomo che aveva venduto la sua pelle, ndr), un !lm sul mondo dell’arte dove interpreto una gallerista».
Ha paura della morte?
«Ci penso perché ho due !glie che hanno bisogno di me. Però ho la fortuna di averle fatte tardi e posso dar loro tanto proprio perché sono ancora piccole».
Un !glio è per tutta la vita. Un amore?
«Quante coppie vediamo invecchiare insieme! Quando è possibile è bellissimo».
Per lei sarà possibile?
«Io non so cosa sarà della mia vita tra sei mesi, un anno, !gurarsi tra 20. Vado avanti giorno per giorno, sperando».
Saggezza del suo segno zodiacale, la
Bilancia?
«La Bilancia è aria ed è vero, io mi percepisco aria, leggera. Ma l’altro elemento che sento vicino è la terra. Se non avessi i piedi un po’ per terra sarei già volata via».
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2019.07.02 |
Monica Bellucci è la protagonista della cover di F – il settimanale femminile di Cairo Editore diretto da Marisa Deimichei – in edicola domani. Nell’intervista l’attrice dà la notizia, in esclusiva mondiale, della fine dell’amore con Nicolas Lefebvre, lo scultore parigino con il quale è stata legata all’incirca per un anno. Gelosissima della sua vita privata, dopo il divorzio da Vincent Cassel non aveva mai ufficializzato nuove relazioni fino alla “paparazzata” con il bell’artista dalla chioma fluente, 18 anni meno di lei. La coppia era poi venuta allo scoperto lo scorso maggio, durante il Festival di Cannes: un ballo, sorrisi, il ritratto di un uomo e una donna all’apparenza innamorati e affiatati. Ma qualcosa subito dopo si è rotto perché oggi a F Monica dichiara: «Nella storia con Nicolas sicuramente ci siamo fatti tanto bene a vicenda e quest’uomo mi ha insegnato tante cose. È una persona che ha una vera sensibilità artistica ma il nostro volo insieme prosegue d’ora in poi su un’altra pista che è quella di un’amicizia per la vita». (c)

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